Paolo Astorga es profesor de Literatura y Lengua Española.
Además ha publicado varias poesías: Anatomía de un vacío (2006), Sin llegar a
lo invisible (2008), De Lima a Chosica (2010), Detrás de las ventanas (2011),
Gris (2014) e Infértil (2014). Y también ha escrito dos libros de cuentos: Nada
del otro mundo (2013) y Siete cuentos para volver (2013)
¿Desde pequeño, usted
estaba interesado en la literatura?
En realidad, ahora que lo pienso bien, la literatura siempre ha estado muy
cercana a mí desde pequeño. Recuerdo con mucha nostalgia, por ejemplo, a mi
abuelo que tenía un estante lleno de libros y periódicos. Recuerdo que yo
sacaba los libros para “jugar” con ellos. No los leía todos, pues, ni sabía
leer, pero me emocionaba el enigma que guardaban. La literatura creo que fue
así: un enigma, un apasionante enigma que aun hoy trato de descifrar.
¿Qué lo motivo a
elegir la profesión de maestro?
La elegí porque es lo que sé hacer o eso supongo. No me considero maestro,
ni mucho menos. Solo creo que tengo algo que ofrecer. Siento la imperiosa
necesidad de compartir lo que he aprendido y lograr que mis alumnos aprendan
sobre todo a pensar. Elegí la profesión, por un simple motivo: Servir a los
demás.
¿Usted estaba
pensando hacer un libro? ¿Por qué?
Bueno, siempre pienso hacer un libro. Creo que si no me mantengo en ese
estado de anhelo, de deseo, de constante movimiento y trabajo creativo, me
oxidaría, me moriría. Escribo como respiro. Creo que esa es la finalidad.
¿Qué nombre le
pondría a su siguiente libro?
Al libro de cuentos pienso ponerle “Deseos ajenos”.
¿A usted le gustaría
aprender otro idioma? ¿Por qué?
Claro, amo mucho el portugués, por su suavidad y belleza, pero, todo tiene
su momento ¿no? Ahora estoy pensando en escribir y publicar un libro de
cuentos.
Usted ¿Cómo se describiría?
Soy un dinosaurio.
¿De qué tipo de
libros le gusta leer?
Leo de todo y, de ese todo, de todo hablo. Sin embargo, me encanta leer a
los clásicos en Literatura y mucha filosofía.
¿Qué libros leyó de
pequeño?
Un autor que me marcó fue Julio Verne. Eso fue en narrativa. Quién no ha
leído “Viaje al centro de la tierra”, es una novela de aventuras muy
emocionante. Ahora bien, en poesía, quien marcó mi adolescencia es “Poeta en
Nueva York” de Federico García Lorca.
¿Cómo se imagina su
vida dentro de algunos años?
Más dinosaurio, más viejo, más leído, más experimentado, más preguntas, más
proyectos, más recuerdos, más amor, más pasión, más reflexivo. La vida es una
gran narración que se acumula en el alma.
¿Cuáles son sus
pasatiempos?
Soy bibliófilo y lector voraz. Sin embargo, mi mejor pasatiempo,
últimamente, es ver cómo crece Catalina, mi hija.
Si volviera en el tiempo
¿Qué cambiaría? ¿Por qué?
Pues la verdad, nada. No cambiaría nada. O quizás sí. Regresaría al pasado
para regalar un par de abrazos. Hay gente que se merece de vez en cuando un
abrazo y la compañía silenciosa de un buen amigo. Al primero que daría un abrazo
es a mí.
¿Cuál eran los cursos
que más le gustaban de niño?
En primaria no me gustaban los cursos de letras, porque había un libro de
texto que controlaba lo que pensaba. A mí nunca me ha gustado seguir las cosas
al pie de la letra (salvo sean las instrucciones para armar un mueble), creo
que los cursos que me empezaron a gustar (en Secundaria) son Literatura,
Historia y Biología. Biología era un mate de risa y lo más chévere es que
aprendí como jugando. En Historia la cosa era más reflexiva, pero muy
interesante y en Literatura la profesora casi ni venía, pero las pocas veces
que vino hacia algo tremendamente difícil (y más hoy): Hacernos leer y
escribir, pero sobre todo, hacer que nos guste.
¿Qué cosas
cambiaría para que la televisión sea más
educativa?
Cambiaría de canal.
¿Le gustaría vivir en
otro país? ¿Por qué?
No. Creo en mi país, aunque ya me estén robando el celular. Aunque me digan
imbécil, creo en mi país. ¿Sabes por qué? Porque yo soy mi país. Y trabajo
mucho para que cambie. Me dedico a dejar el virus en mis alumnos cuando los
hago reflexionar. Es un trabajo arduo porque no es cambiar las leyes, sino las
actitudes. Por eso, yo soy mi país y el día en que las cosas cambien para bien,
yo me voy a sentir orgulloso de mi trabajo.
Si usted
pudiese convertirse en un animal ¿cuál escogería? ¿Por qué?
En un gran dinosaurio. Bueno, hay
más o menos unos tres millones trecientos mil treinta y tres porqués, pero creo
que la explicación es muy obvia, por eso, mejor otro día la respondo.
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